Sismos y erupciones volcánicas plinianas
(Read the same article in English, below Spanish version)
El futuro de la población de Managua siempre estará
amenazada por los sismos y posibles erupciones volcánicas. Las oraciones de los
creyentes, los buenos deseos o ilusiones no evitarán dichos fenómenos que han
existido desde que la tierra comenzó a formarse.
De hecho, nuestro territorio
existe como consecuencia de la actividad volcánica durante millones de años. Los volcanes
más viejos y ahora inactivos se encuentran en el norte de Nicaragua, Jinotega,
Nueva Segovia. El Pacifico de Nicaragua se ha estado formando en los últimos
miles de años. Por esas razones, los tomadores de decisiones deben pensar en trasladar
la capital al norte de Nicaragua, para evitar catástrofes como las provocadas en
la ciudad de Pompeya, sepultada por el volcán Vesubio.
La mayor amenaza de Managua siempre ha sido el Apoyeque,
clasificado como volcán pliniano. Con la erupción este volcán, inmediatamente se
contaminarían las aguas y tendríamos que salir de la capital. Si los
científicos de otros países traen instrumentos modernos, éstos podrán
determinar con bastante precisión una inminente erupción.
Por otro lado, de no continuar los temblores, en unos meses
olvidaremos el enjambre de sismos, pero la amenaza latente no desaparecerá.
Esto es como los genes humanos que determinan nuestras enfermedades crónicas.
Por supuesto este artículo no trata de causar pánico, sino más bien señala las violentas
erupciones plinianas que producen flujos piroclásticos, las cuales causan gran
destrucción a las especies vivas. Estas explosiones se pueden escuchar a
cientos de kilómetros de distancia.
Las explosiones plinianas son violentas porque el magma se
acumula por cientos de años en la base interna inferior o cámara magmática, esta
acumulación causa una presión increíble que se libera con una erupción lateral
o vertical.
La explosión volcánica provoca columnas de gases calientes, piedra
pómez, arena y bloques que se proyectan al cielo y luego caen por gravedad a
decenas de kilómetros de distancia. En una ocasión, leí que la tierra en la ciudad
de Managua tiene en uno de sus estratos, casi dos metros de arena proveniente de
una de las erupciones del volcán Masaya.
No todas las explosiones tienen la misma potencia, pero las
mismas pueden medirse en términos de explosiones nucleares. El peor escenario sucedió
en el Monte Santa Helena en el Pacífico de EE.UU. que tuvo una violenta
erupción en el mes mayo de 1980. Recuerdo las imágenes en la televisión y la
destrucción causada en sus alrededores. Posteriormente, se determinó que la
mayor explosión del volcán Santa Helena ocurrió hace más de 3 mil años, cuando
arrojó una gran cantidad de material poroso o arena que cubrió una gran
extensión de superficie.
Cada volcán tiene su propia historia; anteriormente se creía
que el patrón de conducta de los volcanes se podía generalizar y que las
erupciones solo ocurrían en cientos o miles de años. No obstante solo unos
cuantos años más tarde, los conocimientos adquiridos en la erupción del Volcán
Santa Helena ayudaron a evacuar y salvar miles de vidas en la Isla de Monserrat
en 1995, ya que el volcán Soufriere terminó sepultando gran parte de la capital
en 1997 de esa isla.
No hay duda que los científicos han adquirido conocimientos
e instrumentos que pueden predecir con gran precisión erupciones volcánicas, ya
que los volcanes a punto de hacer erupción presentan ciertas características,
por ejemplo, enjambres de temblores, desprendimientos de tierra o hundimientos,
cambios en el relieve de la tierra o el volcán, cambios en el espectro de la
luz, cambios en la composición del agua, presión y temperatura en el terreno
que pueden medirse con instrumentos, etc.
Espero que los científicos que han venido junto con los que
viven en el país puedan determinar, si es necesario evacuar ordenadamente a la
población en la cercanías del volcán. Asimismo, hay que pensar en mantener
reservas de agua en otros lugares para proveer a la población en caso de tener
que experimentar la erupción del volcán.
El pueblo está a la espera de lo que
dirán los expertos. Finalmente, hay que tomar las medidas necesarias para que
tengan efecto a mediano o largo plazo y así salvar a gran parte de la población
del departamento de Managua.
Como se puede verse en la foto que tomé de Google Earth. Parece que originalmente el volcán formó toda la peninsula.
Escritor y científico rolando2@fulbrightmail.org
Quakes and Plinian Eruptions
By
Rolando E. Tellez
The people in Managua will
always have quakes, earthquakes and possible volcanic eruptions. Praying and
wishful thinking will not keep such events from occurring. Volcanic eruptions
have shaped the relief of our planet, and Nicaragua is the result of volcanic
activity during millions of years. The oldest and now extinct volcanoes are in
northern region of Nicaragua, that is, Jinotega, Nueva Segovia provinces.
The
Pacific region of Nicaragua has been forming over the last few thousand years
as a result of volcanic events and the movement of tectonic plates. Thus,
decision makers should think about moving the capital city to the north of Nicaragua,
in order to prevent a catastrophe like that of the city of Pompeii, buried by Vesuvius
volcano.
The biggest threat of
Managua has always been Apoyeque, which is a plinian volcano. In case Apoyeque volcano
erupted, water would become immediately polluted, and we would have to leave
the capital city. If visiting scientists from other countries bring modern
instruments, these will be able to determine with accuracy an imminent eruption.
On the hand, when seismic events do not
take place any more, we will forget these tremors, but the latent threat will
not disappear. This is like human genes that determine our chronic diseases.
This article is not intended to cause panic, but rather describes in brief
violent plinian eruptions with pyroclastic flows, which kill lot of species.
The eruptions could be heard hundreds of kilometers away from the volcano.
Plinian eruptions are so violent because
magma accumulates in magma chamber in the volcano; this accumulation causes an
incredible pressure that is released through lateral or vertical eruptions. A volcanic
explosion throws up columns of hot gases, pumice stone, sand, and blocks, which
fall covering kilometers of surface. Once I read that the city of Managua is
sitting on two meters of sand below the surface. This sand was thrown by a Masaya
volcano eruption thousands of years ago.
Not all the explosions are the same, but
they can be measured in terms of nuclear explosions. The worst-case scenario
happened in Mount St Helens in the Pacific Northwest of the US: this was a
violent eruption in May 1980. I remember TV images and the destruction caused in
its surroundings. Later, it was determined than the biggest explosion of such
volcano happened more than 3 thousand years, when it threw a lot of porous
material that covered a great extension of surface.
Each volcano has its own history:
generalizations cannot be made about volcanoes and eruptions do not happen in
hundreds or thousands of years. Recently, knowledge gained in St. Helens'
eruption helped to evacuate and save thousands of lives on Monserrat's Island
in 1995. Later in 1997, Soufriere volcano destroyed most of the capital city on
such island.
Undoubtedly, scientists have gained
knowledge and acquired instruments that can predict with certainty volcanic
eruptions; volcanoes about to erupt show certain characteristics, for example, frequent
quakes for days and weeks, landslides or land subsidence—relief around the volcano,
changes in the light spectrum, changes in the composition of water, pressure
and temperature, all of this can be measured by instruments, etc.
I
hope visiting scientists have brought such instruments so that they can
determine whether it necessary to evacuate the people living near Apoyeque volcano.
Likewise, we have to think about keeping reserves of water in other places to give
it to the population in case there is an eruption. Scientists have the last word,
and people are waiting for answers. In conclusion, we have to take the required
short and long-term measures in order to save many people in the province of
Managua, Nicaragua.